martes, 26 de enero de 2010

Incluso entre damnificados “unos son más iguales que otros”

"Pese a la emergencia, las diferencias religiosas y sociales se pueden distinguir en los refugios"
Domingo, 24 de enero de 2010, 09:00 a.m.
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PUERTO PRÍNCIPE, Haití.- Dentro de los centenares de campamentos de personas que quedaron sin casa tras el terremoto en Haití, todos los damnificados parecen iguales, pero cuando llega la ayuda, unos son más iguales que otros.

Quizás por ello, a la hora de distribuir comida enviada por el Programa Comedores Económicos de República Dominicana, en el templo mormón de la zona residencial de Petion Ville, los voluntarios de la iglesia prefieren colocar frente a la puerta del centro religioso un plástico para evitar que los otros damnificados, los de afuera, vean a los comensales, los damnificados de adentro.

“Aquí hay de todo, todos son víctimas del terremoto, no importa si son o no son miembros de la iglesia” de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, aseguró a Clave Digital Pierre Joseph, un integrante de la congregación.

A diferencia de los campamentos de damnificados diseminados por todos Puerto Príncipe y pueblos vecinos, donde no hay agua, ni baños y la gente se protege sólo con cobijas, cartón y carpas de plástico, los damnificados alojados en el templo mormón, muchos de ellos residentes de Petion Ville, pudieron recolectar algunas de sus pertenencias y empacarlas, incluso en maletas de viaje con rueditas.

Joseph, quien se identificó como asistente del obispo Severe Moloïs, insistió que la iglesia ha alojado entre 400 y 500 damnificados, sin distinguir la religión o ideología.

La iglesia instaló 14 casas de campaña familiares en el patio del templo, que cuenta con baños, papel higiénico y agua para el aseo personal.

Una situación similar se vivía en la sede de las oficinas del primer ministro, en cuyo jardín instalaron sus casas de campaña los damnificados de zonas residenciales vecinas.

Pero las condiciones de los damnificados en el templo y en la “Primature” no sólo se distinguen en las condiciones físicas del refugio con respecto a la gran mayoría de víctimas del terremoto.

A diferencia de muchos de los campamentos, donde los damnificados se arremolinan en torno a los voluntarios por una botella de agua o un plato de comida, en el templo mormón el Programa Comedores Económicos les llevó alimentos de forma organizada, sin tumultos y custodiado por las tropas bolivianas de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH).

A la llegada del camión, las tropas de MINUSTAH organizaron una fila para la entrega de la comida: primero a los niños, luego a las mujeres y finalmente a los hombres.

Mientras, varios damnificados de afuera del templo trataban de mirar a través de la lona instalada por los voluntarios, como Dishomme Dernier, un carpintero que luego de perder todo se instaló con sus siete hijos y su esposa baja una carpa de plástico en la Plaza Saint Pierre.
Dernier, residente de las empobrecidas zonas que rodean Petion Ville, aseguró a Clave Digital que durante los primeros cinco días después del terremoto no había recibido alimento de ninguna organización.

Roberto Guzmán/Clave DigitalClave Digital trató de conocer las razones por las que el programa social eligió el campamento dentro del templo mormón para entregar su ayuda alimenticia, pero los encargados de coordinar aseguraron que las desconocían.

La caravana de tres camiones militares que escoltó el vehículo de Comedores Económicos pasó a un lado de al menos una docena de campamentos de damnificados a campo abierto durante su recorrido de alrededor de 20 kilómetros desde la Zona Industrial Metropolitana (Zonapi), donde se concentra la ayuda humanitaria dominicana, hasta Petion Ville, pasando por sectores de Delmas y Tabarre.

"Aquí no ha llegado nada; la gente lleva más de 10 días sin recibir ni agua ni comida", aseguró el sábado a Clave Digital una activista dominicana que colabora con uno de los campos de damificados localizado en la calle Delmas 54. Las 1,600 víctimas alojadas en ese campamento tampoco han recibido la visita ni de médico, ni de enfermeros.

La organización no gubernamental dominicana Indajoven había tratado durante la semana, sin éxito, que la ayuda dominicana llegara hasta el denominado "Quisqueya Action". "También necesitamos que venga personal médico", insistió uno de los voluntarios dominicanos.

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